jueves, 9 de diciembre de 2010

fenomenos naturales definicion

Un fenómeno natural es un cambio de la naturaleza que sucede por si solo. es importante saber que son daños de la naturaleza que pasan solo,. Aquellos procesos permanentes de movimientos y de transformaciones que sufre la naturaleza. Estos pueden influir en la vida humana (epidemias, condiciones climáticas, desastres naturales, etc).
En el lenguaje corriente, fenómeno natural aparece casi como sinónimo de acontecimiento inusual, sorprendente o bajo la desastrosa perspectiva humana. Sin embargo, la formación de una gota de lluvia es un fenómeno natural de la misma manera que un huracán. Esta expresión también se refiere, en general, a los peligrosos fenómenos naturales también llamados "desastres naturales". La lluvia, por ejemplo, no es en sí un "desastre", pero puede ser así dependiendo de la perspectiva humana, si ciertas condiciones se reúnen. La mala planificación urbana, con la construcción de estructuras en lugares vulnerables a inundaciones u otras personas puede causar efectos desastrosos para los seres humanos.
Cabe señalar que las acciones humanas (un automóvil en movimiento, por ejemplo) siempre están sujetas a leyes naturales, sin embargo, no se consideran en este sentido, los fenómenos naturales, ya que dependen de la voluntad de los humanos.
los fenomenos naturales son aquellos cuando pasan tormentas o desastres naturales lo cual la ciencia trata de aprovecharlos para las cosechas y mas para las mexicanas porque sin el agua no puede generar cosechas
 
 Desastres naturales
Son los mismos fenómenos naturales que ocasionan daños y destrucción de diversa magnitud sumado fundamentalmente a la acción indirecta del ser humano, que no prevé que sus acciones pueden ocasionarle pérdidas a sí mismo. De estos tenemos:

Desastres generados en el interior de la Tierra

Erupción del volcán Etna, vista desde la Estación Espacial Internacional.
Como:
  • Terremoto/Temblor/Sismo.- Movimiento de la corteza terrestre que genera deformaciones intensas en las rocas del interior de la tierra, acumulando energía que súbitamente es liberada en forma de ondas que sacuden la superficie terrestre.
  • Tsunamis/Maremoto.- Movimiento de la corteza terrestre en el fondo del océano, formando y propagando olas de gran altura.
  • Erupción volcánica.-Es el paso del material (magma o lava), cenizas y gases del interior de la tierra a la superficie.

Desastres generados por procesos dinámicos de la superficie de la Tierra

Alud.
Como:
  • Deslizamiento.- Que ocurren como resultado de cambios súbitos o graduales de la composición, estructura, hidrología o vegetación de un terreno en declive o pendiente.
  • Derrumbe.- Es la caída de una franja de terreno que pierde su estabilidad o la destrucción de una estructura construida por el hombre.
  • Alud.- Es el desplazamiento de una capa de nieve ladera abajo, que puede incorporar parte del sustrato y de la cobertera vegetal de la pendiente.
  • Aluvión.- Flujos de grandes volúmenes de lodo, agua, hielo, rocas, originados por la ruptura de una laguna o deslizamiento de un nevado.
  • Huaico.- Desprendimiento de lodo y rocas debido a precipitaciones pluviales, se presenta como un golpe de agua lodosa que se desliza a gran velocidad por quebradas secas y de poco caudal arrastrando piedras y troncos.

Desastres generados por fenómenos meteorológicos o hidrológicos

Tornado.
Como:
  • Inundación.- Invasión lenta o violenta de aguas de río, lagunas o lagos, debido a fuertes precipitaciones fluviales o rupturas de embalses, causando daños considerables. Se pueden presentar en forma lenta o gradual en llanuras y de forma violenta o súbita en regiones montañosas de alta pendiente.
  • Sequías.- Deficiencia de humedad en la atmósfera por precipitaciones pluviales irregulares o insuficientes, inadecuado uso de las aguas subterráneas, depósitos de agua o sistemas de irrigación.
  • Heladas.- Producida por las bajas temperaturas, causando daño a las plantas y animales.
  • Tormentas.- Fenómeno atmosférico producido por descargas eléctricas en la atmósfera.
  • Granizada.- Precipitación de agua en forma de gotas sólidas de hielo.
  • Tornados.- Vientos huracanados que se producen en forma giratoria a grandes velocidades.
  • Huracanes.- Son vientos que sobrepasan más 240 km/h como consecuencia de la interacción del aire caliente y húmedo, que viene del océano Pacífico o Atlántico, con el aire frío.

Desastres de origen biológico

Como:
  • Plaga.- Son calamidad(es) producidas en las cosechas por ciertos animales.
  • Epidemias.- Son la generalización de enfermedades infecciosas a un gran número de personas y en un determinado lugar. (l)

fundamentacion de la ciencia de la tierra en relacion con el hombre

sábado, 4 de diciembre de 2010



El hombre de la Tierra. Una reseña



Desde los afluentes electrónicos que bañan las orillas de mi computadora extraigo la siguiente frase de Jorge Luis Borges:
"De los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación. En César y Cleopatra de Shaw, cuando se habla de la biblioteca de Alejandría se dice que es la memoria de la humanidad. Eso es el libro y es algo más también, la imaginación. Porque, ¿qué es nuestro pasado sino una serie de sueños? ¿Qué diferencia puede haber entre recordar sueños y recordar el pasado. Esa es la función que realiza el libro." (Prólogo al libro de los libros)

El mundo como un continuo tecnológico humano. Una vieja idea cultivada ya en los ensayos de Mashall McLuham y presente como un soplo renovado el algunos de los escritos de Arthur C. Clarke (por ejemplo, el salto evolutivo que supone el definitivo abandono de la corteza corporal palpable en 2010) y hallada, esta vez, en las convincentes palabras del escritor argentino, dueño de una vasta memoria y una prolífica imaginación literaria.

Pero supongamos, por un momento, que el hombre renunciara definitivamente a esas sólidas barreras tecnológicas de su pensamiento literario, a estos espejos-reflejo de su memoria y su fabulación soñadora y pudiera, de un modo mágico y vital, adentrarse en el contenido mismo de su inspiración creadora. Convertirse en el texto mismo de una Biblioteca viviente (Alejandria o Babel) y ser la suma de todas las experiencias pensadas y vividas por tantos escritores y autores del pasado para convertirse, de este modo, en la experiencia misma de todos los personajes escritos e inventados. Apropiarse así de la vida misma mediante una simbiosis-ósmosis de memorias adquiridas por un mágico ritual, tal vez proteínico-uterino (como el supuesto por Dan Simmons para el personaje humando de Hartman en Illium) o como resultado de un esfuerzo colectivo, ( como los esforzados hombres-texto supervivientes a la quema de libros de Ray Bradbury en Farenheit 451 .)

En definitiva, el ser humano como suma de todas las experiencias vividas, supuestas y superpuestas, o como imagen de la renuncia y el olvido. Dos modelos de absolutos.

Ahora imaginemos, en cambio, a un moderno Gilgamesh a punto de emprender una nueva etapa en su peregirna vida y que asumiera, en el presente, el papel de un honrado y austero profesor universitario. Este ser, probablemente liberado de todas las sólidas ataduras del pasado y rodeado, en apariencia, solo de sus melancólicos fantasmas, podría verse sorprendido, en su huida, por sus compañeros y amigos quienes amablemente se ofrecen a una improvisada despedida.

Supongamos, asimismo, que este primitivo ser inmortal no fuera más que un naufrago de otra era, un superviviente evolucionado hasta nuestros días quien sobrevive, anónimo, acompañando al hombre en su historia y a la Tierra en su evolución. Qué conocimiento albergaría, qué cosas nos diría, si pudiera comunicarnos su experiencia y la experiencia del hombre?

Este es el planteamiento aproximado de El hombre de la Tierra ( The man from Earth, Richard Schenkman, 2007) una producción independiente inspirada en el libro homónimo de Jerome Bixby y transformada, sesenta años después, en una interesante película. Un escritor conocido seguramente por los más frikies de la ciencia ficción y que tiene el privilegio de ser uno de los guionistas más votados de serie Star Trek. Una película alejada de los grandes efectos de la ciencia ficción cinematográfica actual; intimista y plural, inteligente en sus diálogos y con giros argumentales capaces de sorprender al espectador atento.

La cinta realiza un ingenioso repaso sobre los grandes ejes de la aventura humana en una abreviada y magistral lección de Historia Comparada, con abundantes referencias a la antropológica, la filosofía y la religión.

Un ser que acepta su vida como renuncia y olvido, capaz de aprender "sobre la marcha" y reinterpretar lo vivido. No hay mayor sabiduría o inteligencia, solo expectativa ante los interminables matices del cambio.

El Hombre Sobre La Tierra (HST)

Contact: Angela Petruso
Contact Email: apetruso@gmail.com
Year Established: 1994
Grant Date: June 2010, March 2009, June 2006
Established in 1997, El Hombre Sobre la Tierra (HST) works with Mayan communities in Mexico’s Yucatán peninsula to transform their assets into higher-income producing products and to help convert traditional skills into local income-generation opportunities. Their approach has helped communities start micro-industries, each with a different focus (to limit market saturation): making hammocks, developing authentic village-based tourism opportunities, making a variety of embroidered goods, baskets, and wood carvings for sale to tourists, marketing specialized crops to others in Mexico, and making furniture and clothing. Based on momentum generated by previous trainings, EMpower’s previous grant supported HST to organize young Mayan women from several villages into production collectives focused on manufacturing school uniforms and other clothes needed for children’s participation in cultural events (these activities were chosen in response to local market demand, as well as young women’s demonstrated tailoring and embroidery skills). Our current grant is supporting them strengthen the production collectives established under the previous grant by supporting young women to take greater responsibility forhe various stages of the production chain, helping them to start savings and credit circles, and equipping them to increase their production capacity so that they can capture a greater percentage of local market share

miércoles, 1 de diciembre de 2010

relacion de la tierra con el hombre


56. MI TIERRA: UNA RELACIÓN Y UN DESTINO COMÚN

Hasta hace poco, podíamos considerarnos relativamente concientes del vínculo fundamental que constituía el lugar de nuestro nacimiento. ¿De donde eres? Era una pregunta que definía en gran medida lo que somos y marcaba una pauta en cuanto a las expectativas que se podían esperar de uno. Ese vínculo con un espacio cultural y natural determinado, ofrecía orientación y sentido a la propia existencia y nos libraba de estar fuera del desamparo, brindando la sensación de seguridad necesaria. Es así como, estar unidos a un lugar, poseer un referente familiar y social, era algo que permitía asumir nuestro lugar en el mundo de manera clara. Hoy en cambio, esas seguridades, son más limitadas. Vivimos una perdida constante de identidad en relación a los espacios que anteriormente eran significativos. El sentido de identidad con la tierra de la cual emergimos, la relación y vínculo con la misma gente y los espacios de interrelación se han ido diluyendo en una especie de neblina que nos rodea.

En este sentido, es que podemos comprender la forma como establecemos una relación con los objetos y realidades que nos circundan, en lo cual el lenguaje ha tenido un lugar esencial. Es así como, de que algo es “mío”, no solamente indicamos que ese algo puede ser de mi propiedad y en consecuencia podría disponer de este al libre arbitrio, nos referimos de igual modo a una relación de identidad basada en un vínculo emocional que se proyecta en la tierra que habitamos, en la gente que nos rodea y con la cual compartimos la vida y en la ciudad en la que nacimos o en el espacio cultura y geográfico que habitamos. En el presente escrito y en los siguientes, se pretende reflexionar sobre ese proceso de toma de conciencia e identidad con la tierra, la gente y la ciudad desde la perspectiva particular de quien escribe.

Empecemos entonces señalando que la relación con la tierra constituye un vínculo fundamental, que en el caso de los seres humanos adquiere una dimensión trascendente, casi espiritual. Aunque bien es cierto, la mayoría de nosotros, los seres humanos no somos muy concientes de dicha relación. No obstante, la realidad es que somos seres que emergimos de la tierra, y en un proceso largo y complejo nos hemos ido elevando hacía las estrellas en búsqueda de lo infinito y trascendente y hemos logrado intuir lo divino.

El hombre, lejos de ser un ángel caído, es un ser en ascenso. En este sentido, vemos como la ciencia y las religiones nos integran de manera definitiva, en especial las más antiguas a una relación de nuestro ser con una realidad inmanente. Es así como, los primitivos reconocieron a la tierra como un todo vivo, una fuerza envolvente que todo lo cubría, que todo lo abarcaba. El hombre se reconoció así mismo en una relación íntima con la tierra. En algunas de esas culturas antiguas, esa relación vital adquirió el carácter de un vínculo madre –hijo, emergiendo la conciencia de la madre Tierra, GAIA. Hoy, desde una perspectiva científica, la hipótesis GAIA es cada vez más plausible. Entender la vida en la tierra como el resultado de una interrelación sistémica entre todos los componentes nos lleva a comprendernos como parte de un todo en el universo.

De otra parte, para quienes poseemos un rasgo más citadino, es decir somos más urbanos, redescubrir o tomar conciencia de la tierra genera un impacto profundo. En este sentido, vale la pena señalar una de las experiencias, que en la mayoría de las personas, genera un impacto que deja profunda huella en la mente de manera indeleble y este es el primer encuentro con el mar. En mi caso fue así. Percibir en la infancia la sensación de inmensidad, generó en mi asombro y respeto además del anhelo de comprender mi verdadero lugar en el cosmos. En este sentido, se puede señalar que en el hombre hay tendencias profundas que nos unen a la tierra. Sensaciones similares de integración al todo son comunes al entrar en contacto con las montañas, con el misterio de la noche en el campo o la belleza que hay en un día soleado en medio de las tonalidades de azul que vemos en el firmamento, o incluso en las tardes lluviosas y frías. Esas experiencias, de cierto modo espirituales, dejan claro que hay un destino común, y que detrás de todas las formas, se evidencia una unidad en el universo.

Ahora bien, tomar conciencia de la tierra y del vínculo que nos une a ella, demanda de cada ser humano, una mayor responsabilidad en lo que respecta al cuidado de nuestra tierra. Bien sabemos, que aunque todos parecemos tener claro la importancia del cuidado y preservación del medio ambiente, en la práctica siguen prevaleciendo los criterios inmediatistas de ganancia. Nuestra ciudad, Pereira, la ciudad que habito, no es ajena a esa tendencia y a su vez ha ido adquiriendo sus propios rasgos. El deterioro del ambiente natural urbano es evidente. Hay poco o casi nulo sentido de responsabilidad con el cuidado de los parques y en general de las áreas verdes, además del manejo irresponsable de las basuras, no sólo por el deterioro ambiental, sino también por sus implicaciones en la convivencia. Unido a lo anterior, la tendencia privatizadora de los recursos sin que la mayor parte de las personas tengan cuenta de sus implicaciones, es evidencia de esa ruptura entre el hombre y su medio natural. Entonces, esa realidad de estar integrados en un destino común, es más algo que la mayoría de las personas en la ciudad la sienten lejana.

A manera de ilustración, hace unos días, escuchaba en el 1 Foro Ecorregión
[1], que el impacto del cambio climático en la ciudad es una realidad. El enfriamiento paulatino al que asistimos, los derrumbes, además de los problemas con el mal manejo de las basuras, hace que los daños que hemos infringido a la naturaleza sean en palabras del Contralor de la República de Colombia sean casi irreparables. La acción ambiental es una urgencia de hoy, no solamente el planteamiento de un ideal futuro porque no solamente estamos comprometiendo la seguridad de las futuras generaciones, sino también de la propia.

Para concluir, de manera provisional, pues siempre es importante regresar al tema en mención, resulta fundamental encontrar otra manera de relacionarnos con la tierra, desde nuestros espacios inmediatos supone en lo fundamental dos cosas. En primer lugar, romper el esquema ético y moral de vida basada en la supervivencia del más fuerte y reemplazarlo por un modelo basado en la cooperación y en la solidaridad, solamente en ese momento “mi tierra” no será una manera de expresar posesión, sino un vínculo afectivo, un sentimiento que nos integra en un destino común. En segundo lugar, redescubrir la tierra, reencontrar el placer de lo sencillo y profundo, el encuentro con quienes nos rodean y todos los seres del mundo en su conjunto. Abrir, en otras palabras, un espacio al asombro y a la vida. Es comprender cada vez más, el ser en sus múltiples manifestaciones.

   
 La cuestión sobre cómo el medio ambiente ha de preocupar al Cristiano ha llegado a ser uno de los temas más populares en los últimos años. En virtud de comprender nuestra responsabilidad, es importante entender la relación original entre el hombre y la naturaleza. Genesis 1:26-28 nos dice que Dios creó al hombre y la mujer a su misma imagen y que les dio dominio sobre toda la tierra. Esto comprendía a todos los animales que Dios había creado como así también a toda la tierra. Dios también encargó a sus descendientes el cuidado de la tierra (Gen. 1:28). Aún después de la entrada del pecado y la maldición, Dios no privó al hombre de esta responsabilidad. Nosotros debemos cuidar la tierra que Dios nos ha dado.

Aunque las Escrituras están en acuerdo en general con muchos de los grupos ecologistas de que el hombre es responsable por el cuidado de su medio ambiente, los Cristianos pueden estar en desacuerdo con ellos en la cuestión de por qué el medio ambiente es importante y en cómo ha de ser cuidado. Por ejemplo, muchas personas del movimiento ecologista dirían que la limpieza del medio ambiente es necesaria puesto que toda la raza humana se encuentra ante un futuro peligroso. Ellos aluden a temas como el agotamiento de la capa de ozono y de un calentamiento del globo terráqueo (puntos que muchos creen que son altamente improbables). No obstante, la Biblia es muy calra al establecer que la raza humana no está a la deriva. Dios es quien tiene el control de su destino. El es quien ha planeado el futuro de la raza humana. La Biblia nos dice que la tierra será un día restaurada por Cristo (Rom. 8:21), y finalmente Dios la destruirá por fuego, reemplazándola por cielos nuevos y tierra nueva (2 Pedro 3:10). La Biblia es muy específica en el hecho de que la restauración y última destrucción de la tierra es un trabajo de Dios y que no está sujeto al cuidado que el hombre pueda darle al medio ambiente.
Otra razón por la que mucha gente sostiene razones en pro de la ecología, se debe al hecho de que parecen ver a la naturaleza como una forma de Dios; su cuidado por el planeta es un tipo de adoración. La religión de la "Nueva Era" enfatiza la ecología y la “unidad” con la naturaleza. Una vez más, la Biblia claramente enseña que esta no es una razón valedera para cuidar nuestro planeta. Isaias 45:5 declara, "Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí". Por esto sabemos que no hay más que un sólo Dios. Sabemos que Dios es el Creador, no la criatura (Col. 1:16-17). Adorar la naturaleza es lo mismo que la idolatría. Cuidar nuestro medio ambiente como Dios ha mandado, es obediencia a Dios.
Probablemente una de las razones por las que se nos manda a cuidar de nuestra tierra es por una ilustración de responsabilidad y mayordomía. Dios colocó al hombre sobre la tierra como corona de su creación. Hemos de mostrar cuidado, compasión y responsabilidad en nuestra relación con la creación. En este sentido, podemos apreciar mejor la relación especial que Dios ha establecido con el hombre, que fue creado a su misma imagen. Como creyentes hemos de demostrar una adecuada mayordomía al aceptar la responsabilidad que nos ha sido confiada en el principio. Otra observación para hacer es en cuanto al cuidado que nosotros tenemos por la creación. El hombre debe saber que nuestra responsabilidad por la tierra es menos importante que nuestro cuidado el uno por el otro. Esta lección está ilustrada en Jonas 4:9-11. En ese pasaje, Dios recuerda a Jonás que él no tiene más derecho de cuidar a las plantas y árboles y al ganado, que los que tiene por las 120,000 personas que vivían en Nínive. Ahora más que nunca, la gente precisa obtener la perspectiva de Dios en cuánto a qué cosas son más importantes. El medio ambiente es importante, pero Dios está mucho más preocupado por las almas de las personas en el mundo.

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